Enseñanza basada en comportamientos vitales
La enseñanza basada en los comportamientos vitales es un método educativo centrado en reconocer y destacar los comportamientos clave que pueden impulsar el aprendizaje de los alumnos. Esta estrategia es indispensable, ya que ayuda a profesores y alumnos a concentrarse en acciones prácticas que aumentan directamente la comprensión y el recuerdo de la materia.
Los comportamientos cruciales son acciones o rituales específicos que tienen un gran efecto en el rendimiento académico de los alumnos. Por ejemplo, un comportamiento crucial puede ser la implicación de un alumno en las clases o la práctica frecuente de habilidades fuera del aula. Concentrándose en estos comportamientos, los profesores pueden crear una atmósfera que refuerce el aprendizaje electrónico.
Este enfoque puede ser ejecutado por los profesores empezando por la identificación de las acciones clave que se corresponden con sus objetivos curriculares. A continuación, modelan estas acciones, les instruyen explícitamente sobre las formas de realizarlas y crean oportunidades para que los alumnos manejen las situaciones. Por ejemplo, si el trabajo en grupo, o la colaboración, se identifica como un comportamiento clave, entonces el profesor puede dejar que los alumnos trabajen en equipo para profundizar juntos en problemas desafiantes.
Algunas de las ventajas de esta estrategia pedagógica son el aumento de la participación de los alumnos, la mejora del rendimiento académico y el fomento de las habilidades cruciales necesarias. Al concentrarse en los comportamientos importantes, los estudiantes pondrán en práctica de forma significativa su aprendizaje en la vida real y alcanzarán el máximo de sus capacidades. A modo de ejemplo, los estudiantes que aplican con frecuencia exámenes de autoevaluación suelen convertirse en alumnos más reflexivos.
Absolutamente, la instrucción está basada en Comportamientos Vitales que trascienden las diferentes clases y entornos de enseñanza. El aspecto más importante de esto requiere la selección de los comportamientos específicos que tienen la mayor relevancia para las diferentes asignaturas. Por ejemplo, en una clase de ciencias, los comportamientos principales serían hacer experimentos y analizar datos, mientras que en una clase de lengua y literatura podrían ser leer críticamente y escribir. La gran flexibilidad de este enfoque es la razón por la que es universalmente aplicable.