Reflexión en vídeo
La reflexión basada en vídeo es una forma de mirar dentro de la mente y las emociones de una persona, así como de examinar su comportamiento con la ayuda de grabaciones de vídeo. Es una práctica esencial para aumentar el autoconocimiento y mejorar el rendimiento en distintos ámbitos como la educación, el coaching y el desarrollo personal.
Entre las ventajas de la reflexión a través de la vídeo-narrativa se encuentran el crecimiento de la autoconciencia, la mejora del pensamiento crítico y la oportunidad de percibirse a uno mismo a través de los ojos de otro. Normalmente, los profesores pueden grabar en vídeo la instrucción de sus clases para anotar las reflexiones sobre los puntos fuertes y débiles, lo que a la larga conduce a mejores procedimientos de aprendizaje y a una mayor participación de los alumnos.
La reflexión en vídeo en el aula puede lograrse haciendo que los alumnos graben sus intervenciones en público o sus debates en grupo. Más tarde, podrían repasar los videoclips y evaluar sus habilidades comunicativas, el trabajo en equipo y la comprensión de los contenidos. Por ejemplo, un alumno podría disponer de una cámara de vídeo para grabar la presentación de un proyecto de ciencias y luego evaluar su forma de hablar y su claridad, lo que le ayudaría a desarrollar sus habilidades para futuras presentaciones.
Para que las personas puedan realizar con éxito una reflexión basada en vídeo, suelen necesitar un equipo de grabación, por ejemplo, un smartphone o una cámara, y un software de edición de vídeo para ver y analizar las lecciones. Además, sitios como YouTube o educativos adaptados pueden ser útiles para cargar y compartir vídeos. Por ejemplo, un académico puede utilizar una aplicación básica de smartphone para documentar una lección y analizarla más tarde para mejorar sus habilidades docentes.
Los principales problemas de la reflexión en vídeo son la reticencia a la autocrítica, los problemas técnicos relacionados con la grabación o la edición y el miedo a la violación de la intimidad. Por ejemplo, un participante puede sentirse incómodo al ver su propio vídeo, lo que puede suponer un obstáculo para una auténtica autorreflexión. Estos problemas podrían resolverse con la ayuda de un entorno propicio y de normas explícitas sobre la aportación de comentarios constructivos.