Liberar el potencial de los estudiantes
Encontrar y desarrollar el potencial de los alumnos significa el procedimiento de detectar y educar a los alumnos en sus capacidades, intereses y activos. Esto es esencial porque crea un espacio de aprendizaje en el que los alumnos se sienten seguros de sí mismos y también desarrolla su capacidad para afrontar dificultades en sus carreras y su aprendizaje en el futuro.
Los planes de aprendizaje personalizados, el cultivo de una mentalidad de crecimiento y la aportación de comentarios constructivos son algunas de las estrategias eficaces que pueden utilizar los profesores. A modo de ejemplo, un profesor puede asignar lecciones que resulten más atractivas para los alumnos, puede exponer a los estudiantes a ejercicios difíciles y cultivar así su resiliencia, y también puede informar periódicamente sobre los progresos que han realizado los alumnos, que es el principal factor para que los estudiantes descubran su potencial.
La inteligencia emocional se erige como uno de los pilares que pueden liberar el potencial de los estudiantes y la inteligencia emocional es un medio para que los estudiantes reconozcan, regulen sus sentimientos y construyan empatía hacia los demás, y es la forma más sencilla de aprender habilidades sociales. Cuando uno ve cosas como el plan de estudios que instruye a los alumnos en una buena regulación emocional, no es de extrañar que los mismos alumnos mejoren en sus estudios y también en sus relaciones con otros niños en la escuela.
Las actividades extraescolares son plataformas que la escuela ofrece gratuitamente a los alumnos para que se arriesguen, prueben cosas nuevas y hagan amigos, y así avancen hacia su crecimiento personal. Del mismo modo, apuntarse a clubes, deportes o artes puede elevar el nivel de confianza y ayudar a los alumnos a darse cuenta de las cosas que les apasionan y que más tarde podrían ser un factor a la hora de establecer su trayectoria profesional.
La mayoría de las veces, los padres pueden respaldar el potencial de sus hijos fomentando la curiosidad, proporcionándoles un hogar propicio y alimentando el aprendizaje como un amigo. Por ejemplo, participar juntos en actividades educativas, hablar de las experiencias escolares y destacar los logros pueden ser buenos motivadores y ayudar a los niños a creer en sí mismos.