Tareas escalonadas
Las tareas escalonadas son métodos de enseñanza que incluyen la organización de las tareas en varias etapas para adaptarse a las distintas necesidades y capacidades de los alumnos. Esta práctica es vital, ya que facilita el aprendizaje diferenciado, permitiendo así que cada alumno interactúe con las materias a un nivel de dificultad adecuado y contribuyendo a fomentar su autoconfianza y su capacidad de rendimiento.
Las tareas escalonadas están orientadas a alcanzar los distintos niveles de preparación, interés y perfiles de aprendizaje de los alumnos. Los profesores tienen que hacer esto desarrollando tareas que sean diferentes pero que sigan siendo relevantes para los mismos objetivos de aprendizaje. Por ejemplo, cuando se trata de fracciones, un profesor puede dar problemas sencillos de suma a los alumnos que tienen problemas con las fracciones, mientras que asigna problemas de palabras con fracciones a los alumnos que pueden resolverlos.
La aplicación de tareas escalonadas conlleva una serie de méritos, entre los que destacan el fomento de la participación activa del alumno, la realización de itinerarios de aprendizaje individualizados y la consolidación de los contenidos aprendidos. Las tareas escalonadas son herramientas de éxito en este sentido, ya que atienden a las necesidades individuales y permiten que los distintos niños tengan éxito y se enfrenten a retos a su nivel, lo que a su vez puede hacer que estén más motivados y obtengan mejores resultados en la escuela. Por ejemplo, en una clase de ciencias, los alumnos podrían investigar los ecosistemas a través de diversos medios de experimentación, la realización de proyectos de investigación o mediante el uso del arte en lugar de limitarse a leer un libro, dependiendo de su nivel de preparación.
Los educadores pueden examinar la eficacia de las actividades por niveles mediante múltiples técnicas que se basan en evaluaciones formativas, comentarios de los alumnos y datos de observación. Los profesores pueden determinar si la herramienta escalonada alcanza o no el objetivo de aprendizaje evaluando los resultados, el nivel de interés de los alumnos y pidiendo a éstos que den su opinión sobre la experiencia. Por ejemplo, si el profesor eleva el nivel de dificultad de las próximas tareas, puede que los alumnos realicen gran parte del ejercicio en un nivel específico.
La falta de tiempo (para planificar) es un problema común para los educadores, ya que se encuentran con problemas de gestión del aula y dificultades para encontrar las tareas adecuadas. Una de las cosas más difíciles es asegurarse de que las tareas estén suficientemente diferenciadas y, al mismo tiempo, alineadas con los objetivos de aprendizaje, que también son complejos. Pero estos retos pueden reducirse mediante una planificación cuidadosa y el trabajo en equipo con otros profesores. Por ejemplo, el trabajo en equipo de un grupo de profesores para crear tareas escalonadas con elementos comunes que compartan entre sí sería una alternativa mejor que desarrollar otras nuevas, recomendado que ahorran tiempo y recursos.