Tiempo de conversación con el profesor (TTT)
El ya mencionado Teacher Talk Time (TTT) es el tiempo que el profesor dedica a explicar algo en el aula, en contraposición al tiempo que los alumnos están libres participando en diálogos o actividades. Un buen equilibrio del TTT es importante porque si el profesor habla demasiado, los alumnos podrían ser menos activos y no aprovechar todo su potencial en el aprendizaje de idiomas, mientras que una cantidad adecuada les permite participar más en el proceso de aprendizaje e interactuar entre sí.
El Teacher Talk Time adecuado es diferente en cada aula, aunque a veces se aconseja a los profesores que dediquen sólo entre el 30% y el 40% del tiempo de la clase al TTT. Los alumnos deben ocupar el resto del tiempo, entre un 60% y un 70%. Por ejemplo, si hay 60 minutos en una clase, los profesores deberían dedicar principalmente entre 18 y 24 minutos a hablar y éstas serán las lecciones que incluyan una promoción de las actividades centradas en el alumno que mejoran el aprendizaje.
Demasiado tiempo de charla del profesor puede promover un aprendizaje pasivo en el que los alumnos pierdan el interés y participen menos activamente. Por ejemplo, si un profesor presenta una conferencia la mayor parte del tiempo sin interacción por parte de los alumnos, puede dar lugar a lo siguiente: los alumnos recuerdan menos información, carecen de motivación y pierden oportunidades de practicar las destrezas lingüísticas o el pensamiento crítico.
Un profesor puede reducir fácilmente el TTT utilizando distintas técnicas, como las preguntas abiertas, la colaboración entre alumnos y los debates dirigidos por ellos. Por ejemplo, en lugar de una larga explicación, el profesor puede hacer una pregunta que induzca a los alumnos a resolverla juntos y, como resultado, haga que la clase sea más atractiva.
Al principio, los profesores pueden probar su TTT grabando sus clases y comprobando si el tiempo de discurso que dan o la tasa de interacción de los alumnos es mayor. Además, el uso de herramientas de seguimiento del tiempo o las observaciones de los compañeros pueden aportar datos. Por ejemplo, después de impartir una clase, un profesor puede mirar la grabación y medir el tiempo de su discurso en comparación con el tiempo que los alumnos dedican a los debates u otras actividades, con lo que tiene la posibilidad de cambiar su estilo de enseñanza.