Responsabilidad de los profesores
La obligación de los educadores hacia los resultados de aprendizaje de sus alumnos y la adhesión a las normas y políticas educativas es lo que constituye la responsabilidad del profesorado. La responsabilidad del profesorado no es sólo un paso beneficioso en el proceso de mejora de la calidad educativa, sino que también fomentará la confianza de todas las partes interesadas y, además, conducirá a un proceso de enseñanza más eficiente.
La rendición de cuentas de los profesores consiste principalmente en establecer expectativas explícitas de rendimiento, evaluar la eficacia del profesor con la ayuda tanto de pruebas como de observaciones, y presentar una retroalimentación positiva. Por ejemplo, los exámenes estandarizados pueden ser una buena herramienta para medir el progreso de los alumnos, mientras que las observaciones de los compañeros pueden utilizarse para evaluar los métodos de enseñanza y la gestión del aula.
La influencia positiva de la rendición de cuentas sobre el aprendizaje de los alumnos motiva a los profesores a modificar sus métodos de enseñanza y se asegura de que atienden a las diversas necesidades de sus alumnos. Por ejemplo, los profesores están más inclinados a utilizar metodologías docentes creativas y a participar en el desarrollo profesional cuando son conscientes de que su rendimiento se evaluará en función de los resultados de los alumnos.
La responsabilidad de los profesores se perfecciona considerablemente gracias a la cooperación de los padres y la comunidad, que participan en los procesos de toma de decisiones, aportan sugerencias constructivas y prestan apoyo financiero y moral a los programas educativos. Al mismo tiempo, la implicación de los padres es tan beneficiosa que permite a los profesores responsabilizarse del rendimiento académico de los niños; por lo tanto, un sistema así conducirá a un equipo de profesores y padres unidos y trabajando juntos con el mismo objetivo, es decir, el éxito de los alumnos.
La introducción de medidas de rendición de cuentas de los profesores podría plantear problemas como la oposición de los educadores, el riesgo de enseñar según el examen y la complejidad de medir el impacto de los profesores de forma justa. A modo de ejemplo, depender únicamente de los resultados de los exámenes estandarizados puede no poner de relieve los problemas del proceso de aprendizaje y el impacto de otros factores no controlables por los alumnos en su rendimiento.