Instrucción basada en tareas
La Instrucción Basada en Tareas (IBA) es un método que se centra en el papel fundamental que desempeña la realización de tareas reales por parte de los alumnos en el proceso de aprendizaje. Esta técnica supone estimular el entusiasmo de los alumnos, su comunicación y su forma de aplicar la lengua en un contexto real, haciendo que el aprendizaje de idiomas sea más concreto y eficaz.
Los criterios de la enseñanza basada en tareas son los siguientes: tareas que tengan una relación verdadera y directa con los alumnos, énfasis en el proceso de realización de la tarea como prioridad sobre el producto final y oportunidades para que los alumnos colaboren. Una tarea podría consistir en organizar un viaje en el que los alumnos tengan que utilizar sus destrezas lingüísticas para hablar juntos de presupuesto, logística y lugares.
Las técnicas de enseñanza convencionales suelen centrarse en la instrucción directa y la memorización, mientras que la Instrucción Basada en Tareas hace hincapié en la participación de los alumnos en tareas reales. Este método lleva a los alumnos a utilizar la lengua meta en condiciones de la vida real, con lo que mejora su retención y fluidez. Por ejemplo, en lugar de aprender vocabulario de memoria, pueden participar en una actividad de role-playing en la que piden comida en un restaurante.
La enseñanza basada en tareas tiene muchas ventajas, como aumentar la motivación de los alumnos, mejorar el lenguaje y agudizar el pensamiento crítico. A su vez, las tareas reales que realizan los alumnos hacen que ellos mismos disfruten del proceso de aprendizaje y puedan relacionarlo con sus vidas. Por ejemplo, realizar un proyecto titulado "Planificar un proyecto de servicio a la comunidad" puede ser una actividad divertida y motivadora para los estudiantes, con la que además practican y desarrollan sus habilidades comunicativas.
Una de las formas en que los profesores pueden utilizar la enseñanza basada en tareas consiste en elegir tareas apropiadas que se ajusten tanto a los niveles de competencia de sus alumnos como a los objetivos de aprendizaje correspondientes. Además, dar instrucciones claras, organizar el trabajo en grupo y hacer que los alumnos reflexionen después de la tarea son algunos de los factores importantes que les ayudan a aprender eficazmente. Por ejemplo, un profesor puede asignar una tarea en la que los alumnos hagan una presentación sobre su ciudad natal y, a continuación, organizar una sesión de revisión entre compañeros en la que discutan el uso de la lengua y las habilidades de la presentación.