Skillstreaming (Habilidades Sociales)
El programa Skillstreaming incorpora los cuatro elementos principales: 1) Evaluación, en la que se examinan las habilidades sociales individuales; 2) Instrucción directa, en la que se enseñan habilidades específicas mediante el proceso de modelado y juego de roles; 3) Práctica, que da a los participantes la oportunidad de realizar las habilidades en situaciones reales y 4) Generalización, que promueve que el uso de lo adquirido pueda aplicarse en diversos contextos. Por ejemplo, un niño puede aprender a iniciar una discusión representando una escena, y luego puede practicar esta habilidad durante el recreo.
El Skillstreaming es especialmente beneficioso para los niños con problemas de conducta, ya que les da la oportunidad de aprender y practicar comportamientos sociales adecuados de forma estructurada. Concentrarse en habilidades específicas, como respetar turnos o expresar más adecuadamente sus sentimientos, les ayudará a jugar mejor con sus compañeros, lo que a la larga se traducirá en menos conflictos y más aceptación social. Por ejemplo, un niño que tiene dificultades para compartir puede aprender y poner en práctica esta habilidad y, como resultado, tendrá experiencias de juego más positivas.
De hecho, el programa Skillstreaming es una magnífica adición a los programas de aprendizaje socioemocional (SEL), y puede incorporarse fácilmente al currículo escolar. Los profesores pueden presentar lecciones sobre habilidades sociales durante los periodos de clase o de asesoramiento, realizar actividades de juegos de rol en las aulas y diseñar proyectos que promuevan la colaboración entre los alumnos. Por ejemplo, los profesores pueden organizar una sesión semanal en la que exploren un determinado conjunto de estrategias de resolución de conflictos a través del programa Skillstreaming que, a su vez, da a los alumnos la oportunidad de aplicar esas habilidades en grupo.
Skillstreaming está pensado para multitud de grupos de edad, con especial atención a los niños y adolescentes de 5 a 18 años. Los métodos de enseñanza pueden modificarse en función de las distintas etapas de desarrollo para garantizar su eficacia y pertinencia. Los niños de 5 a 6 años pueden aprender habilidades sociales relacionadas con el saludo a los demás, mientras que los adolescentes pueden aprender otras más difíciles, como la negociación y la mediación entre iguales, con lo que estarán preparados para enfrentarse a los problemas en el futuro.