Dominio de las destrezas
El Enfoque de Dominio de Habilidades es un modelo estructurado que hace hincapié principalmente en el desarrollo de las capacidades de las personas mediante la práctica deliberada y la retroalimentación. Mediante este método, es necesario comprender la primacía de adquirir específicamente habilidades antes de proceder a tareas más complejas, lo que a su vez construirá una base sólida para el aprendizaje y la madurez a lo largo de toda la vida.
Los elementos centrales del Enfoque de Dominio de Habilidades son los de plan, práctica y proceso, que incluyen el establecimiento de objetivos estratégicos, la práctica dirigida y la retroalimentación continua. Llevan a cabo actividades que implican el establecimiento de objetivos específicos que permiten a las personas concentrar sus esfuerzos en las destrezas que desean desarrollar, mientras que la práctica deliberada es el acto de realizar el trabajo de la tarea una y otra vez hasta que se llega a ser bueno en ella. Además, se centra en dar a los alumnos el tipo de feedback adecuado para ayudarles a darse cuenta de dónde tienen que hacer cambios y cómo deben hacerlo.
El Enfoque de Dominio de Habilidades, que es diferente de los métodos de aprendizaje convencionales que se centran principalmente en el aprendizaje basado en ensayos o en la presentación de conocimientos generales, está orientado a la profundidad. Es un modelo que requiere que los alumnos completen el proceso completo de una habilidad para poder seguir con la siguiente, y así consiguen una comprensión más profunda y una retención más prolongada del material. Por ejemplo, un músico suele dominar por completo una pieza tras un largo periodo de tiempo antes de intentar composiciones más difíciles, en lugar de aprender diferentes piezas simultáneamente.
Ciertamente, el Enfoque de Dominio de Competencias es predominantemente relevante en el entorno de la formación corporativa. Las empresas pueden utilizar este método para mejorar las habilidades de los empleados mediante el desarrollo de programas de formación adaptados a las competencias necesarias que los empleados necesitan para sus puestos. Por ejemplo, un equipo de ventas podría practicar juegos de rol para convertirse en expertos en técnicas de negociación, lo que garantizará que cada participante tenga la habilidad suficiente para aprender estrategias más avanzadas más adelante.
La aplicación del Enfoque de Dominio de Habilidades demuestra que el rendimiento de los alumnos mejora, su confianza aumenta y su satisfacción laboral se magnifica. El enfoque sistemático del dominio de destrezas hace que los individuos se sientan más competentes y capaces, lo que a su vez puede influir positivamente en su motivación y compromiso. En el caso de un programador que aprende primero el núcleo de la codificación, le resultará más fácil abordar proyectos más difíciles; debido a ello, el programador realiza el proyecto con más calidad y avanza en su carrera.