Estrategias de comprensión lectora
Las estrategias de comprensión lectora son métodos capaces de leer, comprender, analizar y recordar por parte de los individuos el texto que leen; con estas estrategias se puede leer, comprender, analizar y recordar un texto. El perfeccionamiento de la lectoescritura, el cultivo del pensamiento crítico y la comunicación correcta son las más importantes de estas estrategias.
El uso de estrategias de prelectura aumenta la opción de aprovechar los conocimientos previos y también establece el propósito de la lectura. Entre los métodos que pueden emplearse figuran el escaneo inicial del texto en busca de los títulos y subtítulos, la formulación de predicciones sobre el contenido y la formulación de preguntas orientativas que dominen la atención. Por ejemplo, antes de ver un capítulo sobre el cambio climático, un alumno puede examinar su título y sus imágenes, lo que a su vez puede inducirle a hacer predicciones sobre lo que aprenderá.
La visualización en la lectura se refiere a la formación de imágenes propias del contenido que se está leyendo, lo que puede ayudar a la comprensión y el recuerdo. A medida que el lector elabora acontecimientos, personalidades o ideas, penetra más en el texto. A modo de ejemplo, si el lector de un párrafo descriptivo sobre un bosque se imagina los elementos visuales y los sonidos que puede escuchar, será una forma excelente de solidificar su comprensión del bosque como escenario.
El resumen es una herramienta que reduce la información y facilita su comprensión extrayendo los puntos principales del texto. El proceso de resumir un párrafo después de leerlo consiste principalmente en averiguar las ideas principales y los detalles de apoyo, lo que, a su vez, ayuda a retener los conceptos. Por ejemplo, un alumno puede resumir un capítulo mencionando su argumento principal y enumerando tres argumentos de apoyo para garantizar una comprensión completa.
Durante el proceso de lectura, plantear preguntas, lo que también se conoce como cuestionar, es una forma esencial de poner en marcha el compromiso activo y el pensamiento crítico del lector. Este plan de acción hace que los lectores se basen en la necesidad del momento para despejar sus dudas, formar asociaciones y, lo que es más importante, dominar el contenido. Por ejemplo, un estudiante, al leer una novela, puede preguntarse: "¿Cuál fue la razón que llevó al personaje a tomar esa decisión?", lo que puede ayudarle a profundizar en los temas y las motivaciones de los personajes.