Planificación curricular por trimestres
La planificación curricular por trimestres es un tipo de esquema educativo que separa el año académico en cuatro trimestres, cada uno de los cuales tiene una duración aproximada de 10-12 semanas. Este modelo no sólo facilita una experiencia de aprendizaje más concentrada y completa, sino que también hace posible que los estudiantes dediquen más tiempo a determinadas asignaturas. Al mismo tiempo, proporciona flexibilidad en cuanto a los cursos y la programación de las clases.
A diferencia de los planes de estudios semestrales, un programa trimestral permite ofrecer más cursos a lo largo del año académico, lo que a su vez ofrece a los estudiantes una selección más amplia de cursos, pero también una forma más flexible de estudiar. Otro punto es que el hecho de que un trimestre sea más corto favorece la concentración del aprendizaje, lo que se traduce en un menor número de asignaturas de las que se ocupa un estudiante. Por ejemplo, en el sistema trimestral, un estudiante puede matricularse en cuatro cursos únicos al mismo tiempo, mientras que en el sistema semestral, en realidad sólo podría comprender dos o tres.
Un sistema trimestral suele implicar que los estudiantes están sometidos a más presión con la carga de trabajo debido a la exigencia de cubrir la misma cantidad de material en menos tiempo. Esto puede significar directamente que tienen una experiencia académica más extenuante, por lo que deben desarrollar agudas habilidades en la gestión del tiempo y el estudio. Un buen ejemplo de ello es el hecho de que un curso que normalmente dura un semestre se filme en 10 semanas, es decir, los estudiantes deben aclimatarse a las lecturas más rápidamente y ser más constantes.
Entre los problemas a los que se enfrentan los profesores, el más crítico es la necesidad de adaptar sus métodos de enseñanza a la rápida evolución de los trimestres. Esto, a su vez, puede exigir una reevaluación del contenido del curso y de las estrategias de evaluación. Una vez más, la rapidez con que cambian los trimestres puede dificultar la organización de la planificación de las evaluaciones continuas de los estudiantes y también la integración del curso. Los profesores, por ejemplo, deben asegurarse de que los alumnos han cubierto todo lo necesario para empezar el trimestre siguiente y, al mismo tiempo, equilibrar la exigencia de enseñar a fondo los temas esenciales.
Los alumnos también pueden prepararse eficazmente un plan de estudios trimestral si aprenden a organizarse y a estudiar, y si aprenden técnicas eficaces de gestión del tiempo. La formulación de objetivos cuantificables para cada trimestre, el uso de planificadores y la división de los deberes en tareas más sencillas son algunas de las formas de conseguirlo. Además, participar activamente en los debates de clase y pedir ayuda cuando sea necesario puede hacer que los estudiantes se diviertan más y aprendan mejor en menos tiempo.