Estrategias previas a la lectura
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Las principales estrategias de prelectura son la técnica de previsualizar el texto hojeando los títulos, subtítulos y elementos visuales; la activación de los conocimientos previos mediante la discusión de los temas relacionados; y el establecimiento de un propósito de lectura, que consiste básicamente en formular preguntas específicas sobre lo que el lector quiere aprender. A modo de ejemplo, en la sección de prelectura en la que se presentan los sistemas ecológicos, los alumnos pueden debatir sobre las especies vegetales y animales anunciando la información que ya poseen, que es como una introducción a conocimientos más profundos.
Las estrategias de prelectura son una forma estupenda de potenciar la comprensión lectora porque estimulan a los alumnos a relacionar la información nueva con sus conocimientos previos, que es la vía principal para aprender mejor las cosas y recordarlas durante más tiempo. Por ejemplo, si los alumnos descubren los temas dominantes de una historia antes de la lectura propiamente dicha, les resultará mucho más fácil ver las similitudes entre sus propios pensamientos y los de los personajes y, en consecuencia, comprender mejor la trama de esa manera a la complejidad de las ideas en la lectura.
Una muy buena actividad previa a la lectura es la "Guía de anticipación", en la que los alumnos leen primero algunas afirmaciones relacionadas con el texto que van a leer y luego se les pide que estén de acuerdo o en desacuerdo. De este modo, también se ayuda en la discusión de los conocimientos activados y se consigue que los alumnos se impliquen más en la lectura del material. Por ejemplo, al principio de la lectura de un documento histórico, los alumnos pueden formarse una opinión sobre afirmaciones relativas a personajes u ocasiones eminentes para aumentar su interés.
El empleo de diversas técnicas para conocer directamente el interés de los alumnos por la lectura y cómo miden su comprensión mediante trabajos en grupo o pruebas individuales es una de las formas que tienen los profesores de calibrar el impacto de las actividades de prelectura en sus alumnos. Por ejemplo, los alumnos que participaron en los debates previos a la lectura mostraron un mayor nivel de comprensión en las pruebas que los que no participaron, lo que demuestra que esta estrategia específica contribuyó a mejorar su comprensión.