Estrategia de Consecuencias Naturales
La Estrategia de Consecuencias Naturales es un método de disciplina que permite a las personas afrontar directamente los resultados de sus acciones. La estrategia hace gran hincapié en la responsabilidad personal y ayuda a los individuos a aprender de sus errores, mejorando así sus decisiones en el futuro.
Las consecuencias naturales son las que se producen directamente debido a las acciones del individuo sin ninguna interferencia externa de un adulto o figura de autoridad. Si un niño no quiere ponerse un abrigo en un día frío, sentirá frío por este motivo. Se puede entender así que prepararse para condiciones meteorológicas extremas es importante para no enfermar por ello.
Este método hace avanzar el aprendizaje mediante el poder de la observación personal de las consecuencias de las propias elecciones, por lo que favorece el desarrollo del fenómeno de la autoexploración, el autoconocimiento y la responsabilidad personal. Por ejemplo, un adolescente que no hace los deberes y saca mala nota aprende a tomar decisiones y, como consecuencia, pensará que el aprendizaje es más significativo, por lo tanto, se lo asegura.
El mayor reto es garantizar la seguridad; hay casos en que las consecuencias naturales no son seguras o adecuadas para todas las situaciones. Por ejemplo, aunque un niño pueda aprender de llegar tarde al colegio, es de vital importancia que los adultos reaccionen cuando esas consecuencias impliquen un riesgo de lesión o peligro. La clave máxima de la seguridad y la salud de la persona es gestionar bien las consecuencias naturales y el tiempo para hacer la prevención de las mismas.
Este método puede ser aplicado por los padres de forma eficaz, dejando que sus hijos sean responsables y asuman las consecuencias de sus propios actos y creando al mismo tiempo un entorno de apoyo para ellos. Por ejemplo, un padre que no suele llevar el almuerzo a sus hijos cuando se lo olvidan en casa puede ser el que se lo quede en casa y hacer que el niño se enfrente a la situación de quedarse sin almuerzo en el colegio, inculcándole así la necesidad de concentrarse mejor en llevar su almuerzo en el futuro.