Prácticas de atención plena
Concentrarse en el "aquí y ahora" es la principal técnica de las prácticas de atención plena que se sigue y practica para aliviar la angustia emocional y el estrés. La mente está más despejada, el cuerpo se siente mejor y el individuo desarrolla la capacidad de vivir en paz y ser más tolerante a lo largo del día.
La meditación, la respiración consciente, el yoga y los escáneres corporales son algunas de las prácticas de atención plena más comunes. Por ejemplo, la meditación de atención plena suele requerir que dirijas tu atención a la respiración o a un pensamiento elegido mientras te vuelves a centrar suavemente cuando te vienen distracciones a la mente, induciendo así una conciencia más plena de tus pensamientos y sentimientos.
Prácticas como la atención plena pueden mejorar enormemente la salud mental debido a su capacidad para reducir los síntomas de ansiedad y depresión, mejorar la resiliencia emocional y el estado de ánimo general. A partir de los estudios, se puede encontrar que la meditación mindfulness diaria puede causar una reducción en los niveles de cortisol, que es la hormona del estrés del cuerpo, por lo tanto, mejora el bienestar emocional.
Absolutamente, la atención plena es una parte fácil de adoptar en las actividades cotidianas, como comer, caminar con atención o incluso mientras se participa en una conversación. Esto puede hacerse, por ejemplo, durante una comida, donde uno puede concentrarse en los sabores y las formas de los alimentos, siendo esto último una medida para el desarrollo de la conciencia y la apreciación de la experiencia.
La práctica de mindfulness es incluso una sesión corta, por lo que también puede resultar eficaz; sin embargo, se suele recomendar practicarla durante al menos 10-20 minutos al día. El aspecto más importante es la constancia, ya que las investigaciones demuestran que la práctica diaria durante varias semanas puede mejorar notablemente la claridad mental y el equilibrio emocional.