Enseñanza metacognitiva
La enseñanza metacognitiva es la que se centra en ayudar a los alumnos a aprender a supervisar y controlar sus procesos de aprendizaje. Depende de la autoconciencia y de la capacidad de ejecutar las propias actividades cognitivas, que son las habilidades necesarias para aprender y resolver problemas con eficacia.
Los elementos de la enseñanza metacognitiva son el conocimiento metacognitivo, que es la comprensión de los propios procesos de aprendizaje, y la regulación metacognitiva, que abarca la planificación, el seguimiento y la evaluación de las propias estrategias de aprendizaje; además, las experiencias metacognitivas son los sentimientos y pensamientos que se producen durante el aprendizaje. Por ejemplo, un profesor podría promover la reflexión entre los alumnos sobre sus técnicas de estudio y la modificación de éstas en función de su eficacia.
Además de las estrategias mencionadas, los profesores también pueden demostrar prácticas metacognitivas pensando en voz alta, autocuestionándose y haciendo una lluvia de ideas para dar a los alumnos la oportunidad de evaluar su aprendizaje. Por ejemplo, los profesores pueden utilizar la estrategia de pensar en voz alta para expresar sus pensamientos cuando intentan resolver un problema y, de este modo, mostrar a los alumnos cómo realizar la tarea metacognitivamente. En este sentido, el uso de diarios de reflexión puede ser una forma de que los alumnos analicen sus estrategias y resultados de aprendizaje.
Las ventajas de la enseñanza metacognitiva son la mejora de la autorregulación, el desarrollo de habilidades de pensamiento crítico y la mejora del rendimiento académico. Los alumnos que utilizan destrezas metacognitivas tienen más probabilidades de descubrir sus puntos fuertes y débiles y, por tanto, de crear hábitos de estudio más eficaces. Por ejemplo, un estudiante que es consciente de que adquiere mejor los conocimientos a través de ayudas visuales puede decidir poner diagramas en este proceso de revisión.
La enseñanza metacognitiva se considera distinta de los métodos tradicionales, ya que se preocupa menos del "qué" y se centra más en el "cómo" del aprendizaje. A diferencia del sistema de enseñanza clásico, que a menudo tiende a centrarse en la transmisión de conocimientos, la enseñanza metacognitiva ayuda a los alumnos a convertirse en los protagonistas del proceso de aprendizaje. Esto implica crear un espacio en el que se invite a los alumnos a contemplar su pensamiento o, mediante conversaciones entre iguales con otros estudiantes sobre la resolución de problemas, lo pongan en práctica, fomentando así una comprensión más profunda y un aprendizaje independiente.