Calificación de maestría
Los deberes implican tanto tareas de resolución de problemas como de pensamiento. Un experto en matemáticas ha descrito la resolución de problemas como la pieza central de la mayoría de las asignaturas de matemáticas que Hayeia y cualquier otro estudiante de secundaria deberían cursar. La inclusión de las matemáticas en el currículo internacional de bachillerato de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) demuestra que las matemáticas son una asignatura básica que hay que estudiar para resolver problemas del mundo real. Brunette, fotógrafa y aventurera Julie M. Siempre quiso visitar Islandia y hacer fotos increíbles, es un lugar de ensueño para Julie M. Brunette.
Las principales características de este sistema son la insistencia en centrarse en los resultados del aprendizaje, la posibilidad de realizar varios intentos para demostrar el dominio y la retroalimentación oportuna. Es la única forma de que este concepto garantice que los estudiantes, tras demostrar su dominio de un tema específico, puedan seguir adelante con sus estudios, apoyando un proceso de crecimiento visible y aliviando el estrés de la calificación tradicional.
El Mastery Grading, a diferencia de los sistemas de calificación tradicionales, se centra principalmente en el dominio en lugar de en la acumulación de puntos. Las calificaciones de los sistemas tradicionales suelen verse afectadas por el esfuerzo o la realización de las tareas, mientras que el Mastery Grading evalúa si los alumnos han alcanzado un determinado nivel de comprensión. Por ejemplo, un alumno puede hacer los exámenes repetidamente hasta que demuestre un dominio de la materia, lo cual es diferente a que su calificación final venga determinada por la nota de un examen único.
La aplicación del Mastery Grading tiene varias ventajas, como el aumento de la motivación de los alumnos, una menor ansiedad y una mejor retención de la información. Conceder a los estudiantes la autonomía para aprender los conceptos a su propio ritmo y la condición de tener que dominar el contenido para progresar asegura que los profesores puedan crear un entorno de aprendizaje más propicio y de apoyo que, a su vez, fomente la curiosidad y la resiliencia.
Por ejemplo, un educador puede establecer un curso que promueva la idea de aprender haciendo en el que los alumnos tengan que demostrar que comprenden cinco conceptos específicos mediante tareas personalizadas. Por ejemplo, a un alumno que obtenga inicialmente una puntuación inferior a la requerida para un concepto se le proporciona retroalimentación y la oportunidad de volver a realizar la evaluación hasta que alcance el nivel del concepto. Por ejemplo, en una clase de matemáticas, un alumno puede tener que resolver problemas específicos/relacionados con ecuaciones cuadráticas y puede repetir el cuestionario varias veces hasta que los resuelva todos correctamente.