Aulas en bucle
Las aulas en bucle, que son en realidad el tipo de aulas en las que el mismo profesor y el mismo grupo de compañeros asisten durante más de un año, de este modo, se calientan las relaciones y se mantiene la continuidad de la vía de aprendizaje. El método mencionado es de gran importancia, dado que tiene el poder de permitir primero que los alumnos estén más comprometidos, para luego ayudarles a rendir mejor académicamente y, por último, a desarrollar sus habilidades socioemocionales.
Las aulas en bucle presentan una serie de ventajas para los alumnos, como el establecimiento de vínculos más profundos entre los profesores y los alumnos, lo que a la larga puede llevar a que confíen más en los demás y se comuniquen más entre ellos. Cuando los niños pasan dos o más años en la misma clase con el mismo profesor, suelen experimentar un cambio más gradual entre cursos y, como resultado, pueden tener la posibilidad de un aprendizaje personalizado que atienda a sus propias necesidades de aprendizaje. Por ejemplo, un alumno puede sentirse más cómodo pidiendo ayuda a un profesor que ya conoce su patrón de aprendizaje y sus dificultades.
La continuidad es uno de los aspectos importantes de la eficacia docente, ya que permite a los educadores conocer los puntos fuertes y débiles de sus alumnos durante mucho tiempo. Esta continuidad es la razón por la que los profesores pueden ajustar sus estrategias de instrucción e intervenciones de manera más eficaz. Por ejemplo, un profesor que ha enseñado al mismo grupo de alumnos durante dos años puede tener más posibilidades de cubrir las lagunas en el aprendizaje individual y esto se traduciría en mejores resultados académicos.
La utilización de aulas en bucle podría dar lugar a problemas como la falta de coincidencia de horarios, la oposición de los profesores y posibles discrepancias a la hora de alinear el plan de estudios de los distintos cursos. El fortalecimiento de este tipo de escuelas también podría verse resistido por la afluencia de nuevos alumnos al sistema, mientras que los antiguos experimentarían constantemente el mismo tipo de aulas. A algunos educadores se les exigirá explícitamente que modifiquen sus estilos de enseñanza debido a la nueva práctica de tener una relación más prolongada con los mismos alumnos, lo que, a su vez, puede potenciar la necesidad de una mayor formación profesional.
De hecho, las aulas en bucle pueden utilizarse en distintos niveles educativos, como la enseñanza primaria, la media e incluso la secundaria. Las escuelas primarias son las que más lo utilizan, junto con los centros de secundaria y bachillerato, donde, en cierta medida, los alumnos aprovechan las ventajas de la continuidad en el aprendizaje. Por ejemplo, un centro de enseñanza media puede hacer equipos de bucle en los que los alumnos tengan los mismos profesores durante los cursos 7º y 8º, creando así una relación académica más profunda entre los alumnos y los profesores.