Pedagogía liberadora
La pedagogía liberadora es una forma de educación que promueve el crecimiento de la conciencia crítica en los estudiantes y fomenta un espíritu de investigación y resistencia social contra las desigualdades presentes en la sociedad. En lugar de ser meros receptores de conocimientos, los alumnos, a través del diálogo, la colaboración y el empoderamiento, recrean la dinámica del aula; que, a su vez, se destila de una relación convencional profesor-alumno a un aprendizaje más colectivo.
Los elementos centrales de la Pedagogía Liberadora son el diálogo, la conciencia crítica y la cocreación del conocimiento. Este método de enseñanza hace hincapié en el papel de las experiencias y voces de los alumnos y promueve su participación en debates destinados a analizar críticamente las relaciones de poder y las injusticias sociales imperantes. Un ejemplo de ello es el profesor que organiza una charla en clase sobre los problemas de la comunidad local, en la que los alumnos expresan sus opiniones y reflexionan juntos sobre posibles soluciones.
La Pedagogía Liberadora se diferencia de la forma tradicional de enseñar porque presenta un movimiento hacia el enfoque centrado en el alumno en lugar del enfoque centrado en el profesor. En el entorno común, los profesores son principalmente los que dan la información, mientras que en los espacios liberadores se busca que los alumnos codiseñen un espacio en el que participen activamente en su propio aprendizaje. Un ejemplo de esto es una situación en la que un profesor puede jugar a (sobre)hablar y escenificar a los alumnos deductivos, permitiéndoles meterse en la piel de las personas que están/no están impactadas de esta manera, etc.
La espina dorsal de la Pedagogía Liberadora es la conciencia crítica que proporciona a los alumnos, que son así capaces de desenmascarar y diseccionar las realidades sociopolíticas que influyen en sus vidas. Tal exposición provoca una reacción transformadora y no sólo los alumnos se dan cuenta de la ineficacia sistémica, sino que también se sienten impulsados a actuar por el cambio. Un ejemplo de ello es cuando un estudiante se integra en la comunidad como activista que denuncia la injusticia que ha aprendido en clase sobre cuestiones sociales.
Una ilustración práctica de la pedagogía liberal es la participación de los estudiantes en un proyecto en el que se asocia mad con organizaciones locales que superan los retos de la comunidad. En el transcurso del proyecto, los estudiantes tienen la oportunidad de trabajar directamente con los residentes, utilizar sus conocimientos establecidos en temas del mundo real y reflexionar sobre sus experiencias para profundizar en su comprensión de la responsabilidad social y la equidad. Este método de implicación crea un fuerte vínculo entre su elección y su aprendizaje que les aporta un sentimiento de poder.