Diseño centrado en el alumno
El Diseño Centrado en el Alumno (DCA) es un enfoque educativo que se centra en modificar el proceso de diseño de tal manera que lo más importante sean las necesidades, preferencias y experiencias de los alumnos. Destaca el papel de la participación activa de los estudiantes, el trabajo en equipo y la retroalimentación de los estudiantes como herramientas para que el proceso de aprendizaje sea más eficaz y atractivo.
El diseño centrado en el alumno se basa principalmente en el principio de, en primer lugar, comprender las necesidades de los alumnos; en segundo lugar, permitir el aprendizaje activo; en tercer lugar, promover la colaboración y, por último, pero no por ello menos importante, proporcionar flexibilidad en las experiencias de aprendizaje. Por ejemplo, mediante el uso de encuestas y grupos de discusión, los profesores pueden ajustar el contenido a los temas que interesan a los alumnos, lo que, a su vez, les engancharía más y fomentaría su retención.
La mayor desviación del Leaner-Centered Design con respecto al diseño didáctico tradicional es su reasignación crítica del papel del instructor, que pasa de ser la principal fuente de conocimientos al alumno como sujeto de pleno derecho del proceso de aprendizaje. Aunque los métodos tradicionales suelen adoptar un enfoque único para todos, el LCD aplica vías de aprendizaje personalizadas, por lo que se permite a los alumnos materializar los contenidos a su propio ritmo y patrón.
La aplicación del diseño centrado en el alumno puede verse en el escenario del aprendizaje basado en proyectos, en el que los estudiantes abordan problemas a los que se enfrentan en el mundo real. Por ejemplo, una clase de ciencias puede trabajar en un proyecto comunitario destinado a repoblar un ecosistema local, lo que permitirá a los estudiantes utilizar las teorías que han aprendido en una situación de la vida real mientras trabajan junto a sus compañeros y la sociedad.
Aplicar el diseño centrado en el alumno tiene muchas ventajas, como el aumento del compromiso de los estudiantes, la mejora de las habilidades de pensamiento crítico y el aumento de las tasas de retención. Cuando se da a los estudiantes la oportunidad de dirigir su propio aprendizaje y se les anima a colaborar con los demás, parecen estar más comprometidos con sus éxitos, lo que se refleja en su mejor rendimiento en los estudios.