Conservación del conocimiento
El proceso de curación del conocimiento consiste en recopilar, organizar y mantener actualizada la información procedente de distintas fuentes para garantizar su pertinencia, exactitud y accesibilidad. La curación del conocimiento es importante porque facilita el intercambio de conocimientos y la toma de decisiones en organizaciones y comunidades al permitir la conversión de datos brutos en ideas útiles.
Por regla general, las etapas de la curación del conocimiento comienzan con la identificación de las fuentes de información apropiadas y, a continuación, la recopilación y ordenación de los datos. Después, los conservadores inspeccionan la calidad y precisión del contenido, clasificándolo en las categorías adecuadas para su posterior acceso. Por último, distribuyen el conocimiento recopilado al destinatario específico con la condición de que dicho conocimiento se actualice periódicamente si es necesario.
La conservación del conocimiento es el componente clave del éxito de una empresa, ya que sirve para maximizar la utilización de los recursos haciendo más eficiente la accesibilidad a los datos vitales. Las empresas pueden abordar las cuestiones de la mejora de la colaboración, la toma de decisiones y el fomento de la innovación archivando sistemáticamente el conocimiento. Por ejemplo, una startup tecnológica puede disponer de conocimientos conservados para mantenerse al día de las tendencias del sector y tener así una ventaja competitiva.
La curación del conocimiento se ve muy mejorada por la tecnología a través de una miríada de herramientas y plataformas que están programadas para realizar esta tarea de forma automática. Por ejemplo, el sistema de gestión de contenidos y los análisis basados en IA pueden ayudar a clasificar y categorizar datos masivos; a continuación, las redes sociales y las herramientas de colaboración se encargan de compartir y colaborar entre equipos. Esto permite a la empresa conservar y acceder rápidamente al conocimiento.
Un buen conservador del conocimiento debe tener una combinación de capacidades analíticas, organizativas y de comunicación. Debe saber evaluar la credibilidad de la información, clasificar lógicamente los datos y transmitir con claridad los puntos de vista a los distintos lectores. Además, el conocimiento de las herramientas digitales y el conocimiento del tema son dos condiciones importantes para la curación eficaz de los contenidos.