Diseño pedagógico
El proceso de elaboración de programas educativos y de formación que garanticen experiencias de aprendizaje eficaces es sistemático: el diseño instruccional. El proceso puede dividirse en etapas, como el análisis de las necesidades, el diseño de los objetivos y la organización de los materiales y las evaluaciones para maximizar el aprendizaje de los alumnos.
Las principales directrices del diseño instruccional siguen siendo comprender las necesidades de los alumnos, articular objetivos de aprendizaje precisos y desarrollar contenidos estimulantes e interactivos. Por ejemplo, la aplicación del modelo ADDIE (Análisis, Diseño, Desarrollo, Implementación, Evaluación) permite a los diseñadores instruccionales organizar eficazmente sus proyectos, garantizando al mismo tiempo que cada fase cumpla los objetivos de aprendizaje deseados.
La idea es que, mientras que el diseño instruccional implica un proceso orientado a la ciencia y estrictamente organizado para construir la experiencia de aprendizaje, el método de enseñanza convencional depende a menudo de un enfoque de forma libre y basado en gran medida en conferencias. Un ejemplo de ello es que mientras un diseñador instruccional podría idear un curso de aprendizaje mixto que incluya tanto módulos de Internet como talleres físicos, un profesor tradicional podría limitarse a impartir el material mediante conferencias sin tener en cuenta los diferentes estilos de aprendizaje ni los resultados de los alumnos.
Algunas de las herramientas más utilizadas en el proceso de diseño didáctico son los sistemas de gestión del aprendizaje (LMS), como Moodle o Canvas, herramientas de creación como Articulate Storyline y Adobe Captivate, y software de diseño gráfico como Canva. Con la ayuda de estas herramientas, los diseñadores pueden gestionar eficazmente la impartición de cursos y crear contenidos interactivos, así como el seguimiento de los alumnos.
La retroalimentación, que es la esencia del diseño instructivo, ayuda en el proceso de reestructuración o mejora de los recursos y experiencias de aprendizaje. Los diseñadores pedagógicos, al recabar la opinión de los alumnos mediante cuestionarios o evaluaciones, pueden detectar los puntos débiles y garantizar así que la instrucción sea eficaz y congruente con los requisitos de los alumnos. Por ejemplo, la repetición de diferentes módulos en una clase puede aumentar considerablemente el nivel de implicación y retención de conocimientos de los alumnos.