Lectura guiada
La lectura guiada es un programa de enseñanza en el que un profesor coopera con un pequeño grupo de alumnos que leen a niveles similares. Está diseñado para ayudar a los alumnos a desarrollar sus destrezas lectoras mediante estrategias específicas, fomentando la comprensión y promoviendo hábitos de lectura independientes.
Una sesión de lectura guiada suele constar de algunas partes necesarias, como elegir primero textos acordes con los niveles de lectura de los alumnos, presentar después el texto con un breve debate, dejar que los alumnos lean de forma independiente mientras el profesor vigila y ayuda y, por último, hablar juntos al final para reforzar su comprensión. A modo de ejemplo, el profesor puede seleccionar un libro nivelado con animales sobre un grupo de alumnos de primer curso, guiándoles en el proceso de lectura y haciéndoles preguntas sobre la historia más adelante.
A diferencia de los métodos utilizados en la enseñanza tradicional de la lectura, la lectura guiada presenta un enfoque que da prioridad a la interacción en pequeños grupos sobre la enseñanza general en el aula. Durante la lectura guiada, los profesores adaptan su enseñanza en función de las necesidades específicas de cada alumno y crean oportunidades para que reciban comentarios continuos, así como estrategias para mejorar. Esto contrasta claramente con el método tradicional, en el que se presenta el mismo material a todos los alumnos, independientemente de sus diferentes niveles o necesidades de lectura.
La evaluación desempeña un papel fundamental en la lectura guiada, ya que facilita a los profesores la identificación de los niveles de lectura de los alumnos, el seguimiento de sus progresos y la configuración de su enseñanza en consecuencia. Las herramientas que los profesores aplican con frecuencia son los registros de ejecución, los controles de comprensión y la evaluación de la fluidez y la comprensión de los alumnos a través de sus observaciones. Por ejemplo, si un profesor realiza una evaluación periódica para comprobar si el alumno es capaz de resumir una historia, en función de este resultado puede elegir un método de enseñanza diferente para apoyar la mejora de los alumnos.
Entre los mejores métodos para llevar a cabo la lectura guiada se encuentran agrupar a los alumnos con las mismas destrezas lectoras, elegir textos interesantes pero que supongan un reto no tan difícil e incorporar estrategias didácticas multidimensionales como el estímulo, el cuestionamiento y el modelado. Además, crear objetivos específicos para cada sesión y fomentar una atmósfera de ayuda puede ser el factor que más contribuya a la eficacia de la lectura guiada. A modo de ejemplo, un profesor podría utilizar libros ilustrados para adquirir vocabulario mientras facilita un grupo de libros de lectores emergentes.