Las inteligencias múltiples de Gardner
La teoría de las Inteligencias Múltiples de Gardner, que Howard Gardner propuso en 1983, demuestra que la inteligencia no existe como una sola cosa, sino que consta de distintos tipos. En esta estructura, al menos ocho inteligencias se perciben por separado, lo que ayuda a ampliar la comprensión de las capacidades humanas y a promover métodos de aprendizaje personalizados.
Gardner había esbozado su teoría sobre la existencia de ocho inteligencias: la primera es la Lingüística (inteligente con las palabras), la segunda es la Lógico-Matemática (inteligente con los números), y luego vienen la Espacial (inteligente con las imágenes), la Musical (inteligente con la música), la Corporal-Cinestésica (inteligente con el cuerpo), la Interpersonal (inteligente con las personas), la Intrapersonal (inteligente consigo mismo) y, por último, la Naturalista (inteligente con la naturaleza). Un ejemplo muy claro es el de un músico profesional. Se dice que es el mejor en inteligencia musical, mientras que un cirujano, por otro lado, sería un profesional que tiene el más alto nivel de destreza y habilidades motoras finas, por lo que puede mostrar una inteligencia como la corporal-kinestésica.
Esta teoría ha hecho un llamamiento a los educadores para que se aseguren de reconocer y abordar la multiplicidad de inteligencias de sus alumnos, lo que constituye una forma de promoción de la enseñanza diferenciada. Por ejemplo, los alumnos espaciales pueden ser alumnos visuales, por lo que un profesor podría utilizar ayudas visuales, que son para los alumnos espaciales, mientras que el profesor también comparte actividades de grupo para los alumnos interpersonales para complacer a ambas partes, por lo tanto, su compromiso y la comprensión se mejoran.
Sin duda, al centrarse en las habilidades individuales y asignar las tareas en consecuencia, el enfoque de Gardner aumentaría la dinámica de equipo y la satisfacción laboral. Un ejemplo de ello sería una unidad de marketing en la que un individuo que posea una inteligencia arquitectónica superior podría ser el encargado de la redacción de textos publicitarios, mientras que un compañero de trabajo que tenga una buena inteligencia interpersonal podría ser el encargado de atender a los clientes, mejorando así los resultados de todo el equipo.
Un sector de los críticos afirma que la teoría carece de pruebas procedentes de observaciones reales y que las inteligencias podrían solaparse de forma significativa, cuestionando así sus características individuales. Además, algunos sostienen que la inteligencia debería definirse de forma más específica, centrándose sólo en las capacidades cognitivas en lugar de incluir una amplia gama de habilidades y talentos. A pesar de estas fuertes reservas, la teoría ha alimentado diálogos enormemente fructíferos sobre los temas del aprendizaje y la inteligencia.