Envoltorios de examen (Metacognitivo)
Los envoltorios de examen son dispositivos metacognitivos a través de los cuales los estudiantes reflexionan sobre su aprendizaje y su rendimiento en los exámenes. Conllevan el análisis de qué estrategias de estudio funcionaron, cuáles no, y cómo pueden mejorar los estudiantes en futuras evaluaciones, de ahí que se desarrolle el autoconocimiento y el rendimiento académico.
Por lo general, las principales características de un envoltorio de examen son las partes destinadas a examinar sus técnicas de preparación, la percepción del éxito de esas estrategias, las reacciones emocionales sentidas a lo largo del examen y el resultado final de la prueba. Un ejemplo típico podría ser el caso en el que un alumno escriba sobre su total dependencia de un tiempo muy corto para preparar el examen. El alumno también mencionará que le causó mucho estrés y poca retención, lo que a su vez le hace decidirse a planificar sesiones de estudio estructuradas para futuros exámenes.
Los envoltorios de examen, que son las herramientas que mejoran los resultados de aprendizaje de los alumnos mediante el fomento de las habilidades metacognitivas, tienen por objeto ayudarles a comprender los procesos de su propio aprendizaje. A través de la reflexión sobre su rendimiento en los exámenes o sobre los distintos preparativos utilizados por ellos, los estudiantes son capaces de reconocer los puntos fuertes y las limitaciones con respecto a los hábitos de estudio que les son necesarios. A modo de ejemplo, el estudiante que, en el caso de tener la opción de estudio colaborativo, cree que podría haber mejorado su rendimiento, podría buscar más sesiones de estudio en grupo la próxima vez.
Los envoltorios de examen son eficaces únicamente por el papel de la retroalimentación como factor importante. Ofrecen a los estudiantes datos sobre su rendimiento que les animan a ir más allá de las tareas puntuales y a profundizar en sus evaluaciones de redacción. La estrategia de estudio del alumno puede mejorarse gracias a la retroalimentación que recibe de los errores cognitivos de los profesores que ha cometido durante el examen. Por ejemplo, si un alumno descubre que ha interpretado mal los conceptos de Marc, se concentrará en esos temas la próxima vez que estudie.
Los instructores aprovechan el uso de los envoltorios de examen mediante plantillas estructuradas que ofrecen a los estudiantes para que las rellenen después de cada examen. Se espera que estas plantillas hagan que los estudiantes reflexionen sobre sus métodos de estudio, tengan en cuenta su experiencia en los exámenes y se fijen objetivos concretos de mejora. Por ejemplo, después de un examen parcial, un profesor puede asignar a los estudiantes la tarea de rellenar un envoltorio en el que describan los temas que estudiaron, las sensaciones que tuvieron durante el examen y una técnica que quieran cambiar para la próxima evaluación.