Prácticas equitativas de agrupamiento
Las prácticas de agrupamiento equitativo son los medios de aplicación utilizados en los entornos educativos para garantizar que los distintos alumnos tengan las mismas oportunidades de colaboración y participación. La inclusión de estas prácticas da prioridad a los alumnos de diferentes capacidades y orígenes a través de su interacción y, posteriormente, pueden hacer del aula un lugar más rico en el que aprender y crecer socialmente.
Los principios básicos de la equidad en las prácticas de agrupamiento son la diversidad, la inclusión y la colaboración. Pretenden colocar juntos a alumnos con diferentes capacidades, antecedentes y estilos de aprendizaje para que vivan una experiencia educativa más rica. Por ejemplo, un profesor puede colocar juntos a alumnos con distintos puntos fuertes -pensamiento analítico y pensamiento creativo- para que se motiven y apoyen mutuamente y aprendan mejor las habilidades de resolución de problemas.
Un enfoque de agrupamiento equitativo que los profesores pueden utilizar eficazmente es el agrupamiento mediante la recopilación y el análisis de datos. En primer lugar, pueden identificar los puntos fuertes y débiles de sus alumnos y, a continuación, crear grupos heterogéneos. Pueden hacer agrupamientos aleatorios, por intereses o por capacidades, según sea necesario para alcanzar los objetivos de aprendizaje. Por ejemplo, al dirigir un proyecto de ciencias, un profesor puede organizar a los alumnos por sus temas de interés, lo que garantiza que cada grupo sea heterogéneo en cuanto a capacidades y puntos de vista.
Las prácticas de agrupamiento equitativo aportan una serie de beneficios, como un mayor compromiso de los alumnos, la mejora de las habilidades sociales y el aumento del rendimiento académico. Al trabajar en grupos tan variados, los alumnos son capaces de reconocer y respetar las opiniones de los demás y adquieren capacidad de razonamiento crítico. Una investigación indicó que los alumnos agrupados con otros que eran diferentes a ellos rendían mejor en la tarea de trabajo en grupo que los que estaban en grupos similares, por lo que apunta al efecto beneficioso de la aplicación equitativa.
En el proceso de enseñanza, los educadores pueden tener que enfrentarse a varios retos, como el rechazo de los alumnos o de los padres, la dificultad de controlar grupos diversos y la falta de formación para mejorar sus habilidades docentes.Mientras tanto, algunos alumnos podrían tener la oportunidad de trabajar con compañeros que consideran menos capaces. Pero para conseguirlo, los profesores podrían primero proporcionar a los alumnos unas directrices claras, y luego dejarles trabajar en un proyecto propio en el que no sólo tengan que aportar ideas diferentes, sino también apreciar otras ideas de sus amigos.