Creencias epistémicas en la educación
Las creencias epistémicas en educación se refieren a cómo creen tanto los alumnos como los profesores qué es el conocimiento y cómo se adquiere y qué es el aprendizaje. Las creencias que los individuos tienen en relación con estas cuestiones influyen decisivamente en la forma en que abordan diversos temas como el aprendizaje, la resolución de problemas y la evaluación de la información, determinando así los resultados y la implicación en la educación.
Las creencias epistémicas más comunes son las creencias sobre la definitividad del conocimiento, el origen del conocimiento y el carácter del aprendizaje. Por ejemplo, un estudiante con la mentalidad de que el conocimiento es absoluto podría tener problemas con temas que implican ambigüedad, como la ciencia o la ética, mientras que un estudiante que concibe el conocimiento como algo creciente podría enfrentarse a retos y complejidad.
Las creencias sobre el conocimiento influyen especialmente en la motivación y la elección de estrategias de aprendizaje. A modo de ejemplo, los alumnos que perciben la inteligencia como un aspecto plástico son más propensos a implicarse en técnicas de aprendizaje basadas en el esfuerzo y, posteriormente, también a trabajar intensamente en las tareas encomendadas a pesar de los inconvenientes. Pero, por otro lado, los que ven la inteligencia como una cualidad estable podrían rehuir las dificultades, ya que el miedo al fracaso afecta en consecuencia a su rendimiento.
La influencia de los profesores en la formación de las creencias epistémicas de los alumnos con la ayuda de sus métodos de enseñanza e interacciones es vital. A título ilustrativo, un profesor que fomenta los proyectos de grupo y la originalidad de pensamiento sólo sirve para crear una creencia de comprensión y valoración de la importancia del conocimiento cuestionando de este modo el profesor desarrolla aún más las creencias epistémicas adaptativas. En el lado opuesto, la confianza de un profesor en una técnica de memorización pura puede, sin quererlo, reforzar un punto de vista de conocimiento más constante.
Por supuesto, es posible modificar las propias creencias epistémicas con la ayuda de intervenciones específicas que incluyan prácticas reflexivas, diálogos sobre la esencia del conocimiento y la exposición a opiniones diferentes. En este sentido, consideremos aquellos programas educativos que, en primer lugar, dan prioridad a la metacognición y a las habilidades de pensamiento crítico, y que, posteriormente, pueden ayudar a los estudiantes a reorganizar la jerarquía de sus creencias sobre el conocimiento, lo que finalmente se traducirá en tener conceptos del conocimiento bien desarrollados y en un proceso de aprendizaje eficaz.