Creencias de eficacia en la educación
Las percepciones o creencias de eficacia en entornos académicos o educativos son percepciones de las capacidades de los individuos para tener éxito en determinadas tareas académicas o entornos de aprendizaje. Estas creencias son cruciales, ya que influyen en la motivación, las estrategias de aprendizaje y, en última instancia, los resultados educativos.
Las creencias de eficacia afectan principalmente a la motivación de los alumnos al influir en sus expectativas de éxito. El nivel de compromiso en las actividades por parte de los alumnos que creen en su capacidad para tener éxito, el establecimiento de metas difíciles y la resistencia a todos los obstáculos es significativamente alto. Por ejemplo, una persona que tiene fe en sus capacidades matemáticas es más probable que intente resolver problemas matemáticos complicados, en lugar de simplemente saltárselos.
Los profesores increíbles pueden aumentar la confianza en sí mismos de sus alumnos ofreciéndoles una retroalimentación ventajosa, demostrándoles las estrategias adecuadas y organizando un entorno de aprendizaje lleno de apoyo y compasión. Por ejemplo, identificar los avances de los alumnos y dejar constancia de los pequeños éxitos puede dar lugar a una mayor confianza en sus capacidades y a la decisión de pasar a la siguiente serie de retos, lo que, a su vez, ayudará al alumno a alcanzar la mentalidad de crecimiento.
La investigación ha descubierto una fuerte relación y el resultado de esta última correlación positiva entre las creencias de autoeficacia y el rendimiento académico de forma efectiva. El grupo de alumnos que tiene creencias de autoeficacia elevadas tiene más probabilidades de utilizar estrategias de aprendizaje adecuadas que les permiten obtener mejores calificaciones. Por ejemplo, una investigación puede demostrar que los alumnos que confían en sus habilidades en ciencias experimentales obtienen mejores resultados en los exámenes que los que tienen poca confianza en sus habilidades.
Las creencias de eficacia, que se consideran autoeficacia, pueden ser diferentes entre estudiantes de distintos entornos culturales debido a factores como las expectativas culturales, las experiencias pasadas y la accesibilidad a los recursos. Un estudiante que ha estado en un entorno que apoya estructuralmente la educación es probable que tenga creencias de eficacia más elevadas en comparación con un compañero que tiene que enfrentarse a barreras sistémicas. Ser conscientes de estas diferencias en las perspectivas culturales es el primer paso para que los profesores gestionen sus métodos de acuerdo con las necesidades de todos los alumnos.