Alfabetización disciplinar
La alfabetización disciplinar es el nombre que reciben las destrezas y conocimientos especiales que no sólo son necesarios para leer, escribir y comunicarse, sino también para realizar esas actividades específicamente dentro de una determinada disciplina académica. Destaca específicamente los enfoques particulares del pensamiento, el uso del vocabulario y los hábitos propios de la materia, por lo que se convierte en lo primordial que deben hacer los alumnos para trabajar activamente con los contenidos y, así, desarrollar un alto grado académico.
La alfabetización disciplinar se convierte en la clave porque enseña a los alumnos a leer y utilizar los textos y las destrezas propias de cada materia. Por ejemplo, un estudiante de ciencias tiene que aprender la terminología y los métodos que se utilizan en la investigación científica, que son totalmente diferentes de las formas narrativas de la literatura. Este "programa" específico y prediseñado no sólo ayuda a los estudiantes a desarrollar habilidades que son clave para el éxito académico, sino que a través de él también adquieren habilidades negativas necesarias para una futura carrera en el campo elegido.
La principal diferencia entre la alfabetización disciplinar y la alfabetización general es que ésta se refiere a los conocimientos particulares necesarios para la comprensión y la expresión de las ideas en determinados ámbitos académicos. La alfabetización general se asocia a las destrezas generales de lectura y escritura que se aplican en diversos contextos; por otro lado, la alfabetización disciplinar es el conocimiento del lenguaje específico de una materia, de los distintos tipos de texto y de los procesos utilizados para escribir en todas las disciplinas. Un ejemplo es el hecho de que la estructura argumentativa de un ensayo de historia es diferente del modo analítico de escritura habitual en un informe de matemáticas.
Los educadores pueden enseñar la alfabetización disciplinar a través de diferentes métodos, como el modelado de cómo leer e interpretar textos dentro de una disciplina, el uso de materiales auténticos del campo y la creación de tareas que requieran la implementación de prácticas del mundo real de la disciplina. Por ejemplo, un profesor de estudios sociales puede hacer que sus alumnos analicen documentos de fuentes primarias para ayudarles a desarrollar tanto su pensamiento crítico como sus habilidades interpretativas, lo que, en consecuencia, profundizará sus conocimientos sobre el contexto y la perspectiva históricos.
El vocabulario específico de cada disciplina constituye la base de la alfabetización disciplinar que es el vocabulario. Cada asignatura escolar tiene un conjunto específico de terminologías que sólo pueden utilizar y comprender las materias correspondientes. Aprender este vocabulario permite a los alumnos trabajar con el material y expresar adecuadamente su comprensión. Por ejemplo, en Matemáticas se utilizan las palabras "variable" y "ecuación" como partes necesarias para comprender ideas complejas; por otro lado, en Lengua y Literatura se emplean "metáfora" y "tema" como términos esenciales en el análisis transtextual literario.