Objetivos de desarrollo
Los hitos del desarrollo son determinados hitos que se espera que alcancen los niños durante un determinado intervalo de tiempo en el desarrollo físico, cognitivo, emocional y social. Son los puntos de referencia del comportamiento de su hijo, así como una herramienta esencial para que padres y profesionales guíen a los niños a lo largo de su proceso de crecimiento, además de ayudar a decidir si un niño está experimentando algún retraso o problema que pueda necesitar intervención.
Los puntos de referencia del desarrollo se refieren a múltiples aspectos, como el desarrollo físico (motricidad gruesa y fina), el desarrollo cognitivo (aprendizaje, resolución de problemas), el desarrollo del lenguaje (capacidad de comunicación) y el desarrollo socioemocional (interacciones). Un ejemplo de ello sería que un niño de dos años fuera capaz de realizar determinadas actividades, como correr o utilizar algunas frases sencillas, y también de mostrar sentimientos como la alegría o la frustración.
Examinando de cerca las acciones y capacidades del niño en relación con los hitos del desarrollo dados por organizaciones sanitarias como los CDC o la OMS, los padres pueden seguir el desarrollo de su hijo. Llevar un diario del desarrollo, acudir a las revisiones pediátricas rutinarias y utilizar las herramientas de cribado para comprobar el desarrollo también puede mejorar la conciencia de los padres sobre el progreso de su hijo y ayudarles a abordar los problemas desde el principio.
Es responsabilidad directa de cada padre tomar nota de cualquier posible cambio en el desarrollo de su hijo y solicitar una consulta con un pediatra o un especialista en desarrollo infantil para una evaluación exhaustiva. A los servicios de intervención precoz pueden añadirse apoyo y recursos, como logopedia o fisioterapia específicamente orientadas al niño, que ayudan a mejorar considerablemente la situación.
De hecho, los puntos de referencia del desarrollo, según las directrices generales, son diferentes en cada persona y pueden depender de las diferencias individuales del niño, entre las que se incluyen los efectos de la genética y el entorno. Aunque la mayoría de los niños alcanzan los hitos en un periodo de tiempo definido, algunos pueden aprender sus habilidades antes o después, y la variabilidad es habitual. Por otra parte, si un niño se retrasa continuamente en casi todas las tareas, es posible que necesite la evaluación de un experto.