Pensamiento de diseño para la educación
Se trata de un Dsigno Creativo Centrado en el Ser Humano para la Educación. Repensar la Educación con el pensamiento de diseño se centra en tus habilidades a través de la búsqueda y resolución de problemas. Tendrás que trabajar en grupo y fomentar la empatía, la confianza y el respeto mutuo para crear soluciones orientadas a las necesidades de alumnos y profesores, lo que finalmente repercutirá positivamente en los días de aprendizaje.
El proceso Design Thinking consta de cinco pasos: Empatizar, Definir, Idear, Prototipar y Probar. En el contexto educativo, estos pasos implican comprender las necesidades de los estudiantes a través de la observación (Empatizar), identificar los retos específicos de aprendizaje (Definir), hacer una lluvia de ideas sobre posibles soluciones (Idear), crear representaciones tangibles de las ideas (Prototipo) y recopilar comentarios a través de pruebas en el mundo real (Probar). Por ejemplo, una escuela podría empatizar con los alumnos que tienen dificultades en matemáticas, definir la razón como falta de interés, desarrollar nuevas actividades que resulten más atractivas, preparar un plan de clase y pasarlo a una clase para que lo prueben.
Los educadores pueden enseñar Design Thinking integrando sus reglas en sus horarios y actividades de clase. Esto implicaría organizar talleres que permitan a los estudiantes identificar los problemas que desean resolver, utilizar sesiones de brainstorming para la generación de ideas y persuadir el trabajo en equipo en pequeños grupos para innovar prototipos. Un ejemplo brillante podría ser el caso de un profesor de ciencias que instruyera a los alumnos para desarrollar un modelo sostenible de su comunidad, lo que fomentaría el pensamiento crítico y el trabajo en equipo y al mismo tiempo aplicaría conceptos científicos.
La inclusión del Design Thinking en los entornos educativos manifiesta sus repercusiones mediante el fomento de la creatividad, la introducción de enfoques eficaces en el proceso de resolución de problemas y el fomento de la colaboración entre los estudiantes. Uno de los factores clave es que facilita la implicación de los alumnos en el contenido, promueve la experiencia y la mejora de la empatía y establece una vía para cultivar una mentalidad de crecimiento. Por ejemplo, los alumnos que participan activamente en una iniciativa de servicio a la comunidad no sólo pueden adquirir conocimientos sobre los retos de la sociedad, como la pobreza o el hambre, sino también mejorar su capacidad de trabajo en equipo y aprender sobre la capacidad de recuperación mediante el ensayo y error basado repetidamente en las ideas recibidas de los demás.
Sin duda, el enfoque del Design Thinking puede aplicarse al entorno de aprendizaje en línea adaptando el formato al digital. Los profesores pueden llevar a cabo una sesión virtual de lluvia de ideas, también pueden utilizar una herramienta de colaboración en línea para la ideación, y pueden simplemente utilizar mecanismos de retroalimentación para mejorar el contenido del curso. Por ejemplo, un profesor podría recabar la opinión de los alumnos sobre los temas del curso utilizando una plataforma digital, crear prototipos de actividades interactivas en línea y, por último, ponerlos a prueba en tiempo real, logrando así el objetivo de una experiencia de aprendizaje que se adapte a las necesidades de los alumnos.