Círculos de deliberación
Los Círculos de Deliberación se refieren a la organización de conversaciones en grupo de manera que ayuden a trabajar juntos y a resolver problemas a través de la discusión sobre cómo hacerlo. Estos espacios son cruciales no sólo para nosotros, sino más bien para que los directamente afectados por la situación comprendan mejor cuestiones complejas, incorporen las voces de distintas personas y construyan acuerdos en comunidades u organizaciones.
Fomentar el diálogo abierto entre los participantes, mejorar la comprensión de los distintos puntos de vista y ayudar al proceso de toma de decisiones utilizando información válida son los principales objetivos de un Círculo de Deliberación. Por ejemplo, en el caso de una comunidad que se enfrenta a problemas medioambientales, un Círculo de Deliberación puede reunir a las partes interesadas para hablar de posibles soluciones, garantizando así que cada voz sea escuchada y tenida en cuenta.
Un Círculo de Deliberación está dirigido por un facilitador, que es la persona principal que supervisa el proceso, una serie de normas que se han establecido para asegurarse de que se muestra el debido respeto en una conversación, y un mensaje fijo consistente en puntos para mantener el debate centrado. Los asistentes exponen sus puntos sobre el tema de debate y, tras una serie de turnos, se escuchan atentamente y reaccionan de forma reflexiva, lo que constituye una forma de reforzar el entendimiento mutuo. Por ejemplo, en un Círculo de Deliberación que trate sobre la reforma educativa, los participantes podrían enumerar sus experiencias y puntos de vista sobre métodos de enseñanza eficaces y compartirlos uno a uno.
Los beneficios de participar en una red de deliberación son muchos e incluyen la mejora de la comunicación, el aumento de la empatía hacia las diferencias de ideas y la mejora de la capacidad de pensamiento crítico. Es probable que las personas salgan del círculo con una comprensión más profunda de los temas tratados y con un sentimiento de unión, tras haber compartido y demostrado un diálogo significativo como grupo.</br>Para ilustrarlo, un grupo de personas que participa en un Círculo de Deliberación conversando sobre la política sanitaria puede tener una idea más clara sobre las dificultades a las que se enfrenta el nivel de esfuerzos.
En definitiva, los Círculos de Deliberación pueden emplearse eficazmente en entornos escolares para estimular la participación y el pensamiento crítico de los alumnos. Los profesores pueden aplicar este método para dirigir las argumentaciones de los alumnos sobre temas controvertidos, permitiendo así que los estudiantes aprendan a cubrir sus puntos de vista y desarrollen habilidades adicionales de argumentación. Por ejemplo, una clase de estudios sociales de un colegio público podría celebrar un Círculo de Deliberación sobre la política de inmigración y pedir a los alumnos que exploren, deliberen y piensen sobre distintos puntos de vista antes de llegar a una conclusión común.