Tutoría para todas las edades
La tutoría intergeneracional es una técnica pedagógica en virtud de la cual los alumnos de más edad tutelan a sus compañeros en los aspectos académicos. Este modus operandi no sólo fomenta el aprendizaje, sino que también mejora la interacción social, y los tutores adquieren un sentido de la responsabilidad, mientras que los alumnos que presentan sus dificultades se benefician de una orientación y tutoría individuales.
La tutoría intergeneracional es una de las formas a través de las cuales los alumnos mayores que sirven de tutores pueden beneficiarse mucho. El programa les anima a aprender más sobre las asignaturas, les ayuda a desarrollar habilidades de liderazgo y comunicación y, por último, crea en ellos un sentido de la responsabilidad. Por ejemplo, cuando un estudiante de secundaria enseña a un alumno de quinto cómo hacer matemáticas, ayuda al estudiante más joven a dominar las ideas pero, a su vez, consigue entender mejor sus matemáticas y el estudiante está preparado para sus futuros retos académicos.
La tutoría intergeneracional es un proceso en el que alumnos mayores y menores aprenden unos de otros. Los alumnos más jóvenes suelen obtener notables ventajas académicas y sociales de este proceso. Tienen la oportunidad de saber con qué están luchando los otros estudiantes, qué están haciendo unos y otros y cómo hacerlo, y consejos de compañeros que son realmente útiles para su proceso de aprendizaje, lo que les hace tener más confianza en sí mismos. Un ejemplo típico es el de un alumno de 2º que recibe clases de lectura de un compañero de instituto. Puede adquirir habilidades lingüísticas más sólidas y desarrollar una mentalidad más favorable hacia la escuela porque le ayuda un amigo más afín.
Para que un programa de tutoría intergeneracional resulte atractivo y viable, uno de los factores clave es el cuidadoso emparejamiento de tutores y alumnos, antes, por supuesto, de la formación de los tutores y el seguimiento periódico de los progresos. Por ejemplo, el centro puede emparejar a los alumnos en función de su interés mutuo u organizar conjuntamente talleres de formación para los alumnos mayores sobre cómo desarrollar sus habilidades como tutores de forma más eficaz. Las sesiones periódicas de feedback no sólo ayudan a ajustar el enfoque de la tutoría, sino que también garantizan que la experiencia de aprendizaje beneficia tanto a los tutores como a los alumnos.
No, la tutoría intergeneracional no se entreteje en los programas escolares sin proporcionarle un verdadero marco académico. Los centros tienen la opción de planificar las sesiones de tutoría en los periodos optativos o después de las clases. En este proceso, los alumnos mayores obtienen créditos de servicio comunitario y los más jóvenes reciben el apoyo necesario en asignaturas como matemáticas o lectura. Esta integración añade otro nivel a la experiencia educativa y refuerza la comunidad escolar.