Desarrollar la capacidad de autoevaluación
Dominar las habilidades de autoevaluación requiere la capacidad de una persona para juzgar objetivamente su propio rendimiento, sus puntos fuertes y sus puntos débiles. El curso es el primer paso de un programa para aprender y cultivar los aspectos psicológicos de la autoconciencia, la responsabilidad y el establecimiento de objetivos realistas, que a su vez son la clave del desarrollo personal y profesional.
La capacidad de autoevaluarse y, por tanto, de ejercer la autoconciencia es el primer factor de la autoconciencia. La autoconciencia contribuye en gran medida a tomar buenas decisiones, establecer objetivos bien definidos y aumentar la motivación personal. Un buen ejemplo de ello es un estudiante que realiza regularmente pruebas de autoevaluación sobre sus hábitos de estudio y, como resultado, identifica las mejores estrategias y las cosas que necesita mejorar; al hacerlo, el estudiante es capaz de obtener mejores resultados académicos.
La autoevaluación puede abordarse eficazmente mediante la revisión constante, el establecimiento de objetivos y la aportación externa. El uso de instrumentos de autocontrol, como diarios o encuestas de autoevaluación, puede facilitar la toma de nota de su evolución. Un buen ejemplo puede ser una persona en el trabajo que reflexiona sobre los proyectos que ha realizado con éxito, destacando los aspectos positivos y las dificultades con las que se ha encontrado, lo que le permitirá aplicar la mejora en futuras empresas.
La autoevaluación sin comentarios es bastante difícil porque con ellos se puede ver la actuación desde un punto de vista diferente. Los comentarios alentadores pueden llamar la atención sobre las áreas que una persona no era capaz de ver en sí misma y esto puede ayudar a afirmar sus puntos de vista. Por ejemplo, tras finalizar un proyecto, un directivo puede pedir al equipo que aporte su opinión sobre él como líder y en qué creen que debería trabajar.
Los problemas habituales son la ausencia de objetividad, el miedo a hacer críticas y la incapacidad para concretar los temas que se deben mejorar. Practicar y cultivar una mentalidad de crecimiento suelen ser formas de hacer frente a estas barreras. Por ejemplo, a una persona puede costarle admitir sus puntos débiles, pero con la ayuda de ejercicios de autoevaluación que empujen a la franqueza, podría salir ganando.