Colaboración en grupos de trabajo
La colaboración en grupos de ruptura consiste en dividir un grupo grande en grupos más pequeños para hacer posible la celebración de debates centrados y la resolución de problemas. Este método consigue la plena implicación de los participantes, fomenta la diversidad de puntos de vista y, muy a menudo, conduce a resultados más colaborativos gracias al trabajo en equipo de las personas implicadas.
La principal ventaja de los grupos de trabajo es que más gente está dispuesta a participar, ya que los miembros se sienten más cómodos expresándose en grupos más pequeños. También permiten un debate más profundo sobre determinados temas, lo que conduce a una mejor exploración de las ideas. Por ejemplo, una gran empresa puede decidir que muchos de sus empleados se dividan en grupos más pequeños para debatir e intercambiar ideas sobre proyectos, empezando por estrategias generales y terminando con planes específicos y viables que puedan mejorarse o perfeccionarse posteriormente.
Las sesiones de grupo pueden ser reguladas por los animadores gracias a su capacidad para establecer objetivos y directrices para cada grupo, asegurándose de que todos los participantes reconocen los propósitos. También deben designar a un líder o a una persona que tome notas en cada grupo para que el trato sea lo más productivo posible. Por ejemplo, al realizar un taller en línea, el facilitador puede utilizar las funciones de sala de grupos de las herramientas de videoconferencia para crear grupos y supervisar el progreso, garantizando así la posibilidad de realizar intervenciones oportunas en caso necesario.
Muchas aplicaciones digitales facilitan la colaboración en grupos reducidos, como Zoom, Microsoft Teams y Google Meet, que ofrecen la posibilidad de crear salas de reuniones más pequeñas. También pueden utilizarse plataformas de colaboración como Miro o MURAL para realizar lluvias de ideas visuales. Por ejemplo, un equipo remoto puede utilizar Zoom para celebrar una reunión en la que se dividan en grupos para debatir ideas sobre un proyecto mientras trabajan con Miro para organizar sus ideas visualmente.
Para evaluar la eficacia de los debates en grupos, pueden utilizarse encuestas de opinión y reuniones de seguimiento para revisar los resultados y medir la calidad de las ideas generadas. Tras una sesión de brainstorming, por ejemplo, los asistentes podrían rellenar una encuesta que incorpore la claridad objetiva, el compromiso y el valor percibido de los resultados, aportando así la información sobre los aspectos que fueron eficaces y las áreas que deben mejorarse para futuras sesiones.