Diferenciación basada en el cerebro
La diferenciación basada en el cerebro es un método de enseñanza que moldea las experiencias de aprendizaje según las necesidades neurológicas y cognitivas únicas de los alumnos. Se centra en la idea de aprender cómo funciona el cerebro, lo que a su vez educa a los profesores para crear entornos de aprendizaje personalizados más eficientes que faciliten el aprendizaje activo y la retención.
Las principales orientaciones de la diferenciación basada en el cerebro son el reconocimiento de los distintos estilos de aprendizaje, la promoción de la participación activa de los alumnos y el fomento de un buen ambiente. Un ejemplo de esto es cuando los profesores tienen que utilizar diferentes estrategias de enseñanza, como el uso de materiales visuales, la realización de actividades prácticas y el trabajo en grupo, para atender a las distintas necesidades de los alumnos y asegurarse así de que todos ellos puedan comprender correctamente el contenido.
Mediante el uso de evaluaciones formativas y observaciones, los profesores pueden identificar con precisión los puntos fuertes y débiles de los alumnos, lo que puede servir de base para el tipo específico de diferenciación basada en el cerebro que se vaya a utilizar. En ejemplos como éste, los profesores pueden colocar a los alumnos en pequeños grupos en función de sus perfiles de aprendizaje y emplear intervenciones específicas, como dar a los alumnos que dominan un tema materiales avanzados adicionales y proporcionar ayuda a los que la necesitan, satisfaciendo así eficazmente una serie de necesidades.
Es la diferenciación basada en el cerebro la mayoría de las veces en varios factores diferentes cuyo compromiso emocional se aparta y tiene un efecto positivo directo en el aprendizaje y la retención de la memoria. Los educadores pueden proceder a mostrar sus conexiones emocionales ideando sus lecciones a través de la narración de historias, las aplicaciones en el mundo real y los intereses de los alumnos. Por ejemplo, un profesor de ciencias podría conectar una lección sobre ecosistemas con los problemas medioambientales locales con los que los alumnos se puedan relacionar, aumentando así el compromiso y la comprensión.
Los profesores también pueden enfrentarse a dificultades como grupos de alumnos implicados, falta de material didáctico y la diferente preparación académica de los alumnos propuesta. Los profesores pueden utilizar la integración de estrategias de agrupamiento flexible como una forma importante de hacer frente a un alto nivel de estas cuestiones, así como la aplicación de la tecnología con el fin de crear la experiencia de aprendizaje personalizado. Una solución podría ser la aplicación de un software educativo adaptativo que reaccione al rendimiento de cada alumno, permitiendo así una experiencia más interactiva en el aula con niños con diferentes niveles de aprendizaje.