Inmersión bilingüe
La inmersión bilingüe es un tipo de educación en la que los alumnos reciben instrucción en dos lenguas, normalmente su lengua materna y una lengua extranjera. El objetivo de este método es normalizar el dominio de la lengua, fomentar el bilingüismo y mejorar las capacidades cognitivas utilizando el entorno experimental de contextos ricos.
Los programas de inmersión bilingüe son conocidos por el hecho de que ayudan a los alumnos a mejorar sus capacidades cognitivas, los resultados de los estudiantes en la materia escolar y una amplia conciencia cultural. Los estudios demuestran que, en la mayoría de los casos, los alumnos que asisten a estos programas obtienen mejores resultados en los exámenes estandarizados que sus compañeros, gracias al aumento de la capacidad para resolver problemas y a la flexibilidad de pensamiento. Por ejemplo, los niños que reciben clases tanto en español como en inglés pueden tener un mejor rendimiento en tareas asociadas al razonamiento verbal en comparación con los que estudian en un solo idioma.
Los programas de inmersión bilingüe son diferentes del aprendizaje clásico de idiomas, que consiste en enseñar una segunda lengua en cada asignatura basándose en el contenido, no exclusivamente en la lengua. En el proceso de inmersión, los alumnos aprenden matemáticas, física, historia, etc. en su lengua meta, con lo que están creando un entorno real en el que se utiliza la lengua. Esto se opone al método convencional, en el que la atención se centra en las reglas de la lengua y en el aprendizaje de un vocabulario que ya no vemos que se utilice en la realidad (la solución es errónea o a veces los alumnos tienen un menor aprendizaje de la lengua).
Los niños pueden acceder a programas de inmersión bilingüe desde la etapa preescolar o la guardería. Los investigadores descubrieron que la exposición a varias lenguas en las primeras etapas es crucial para una mejor adquisición del lenguaje. Está demostrado que los niños son más capaces de aprender lenguas extranjeras a esta edad porque sus cerebros aún están formando conexiones. Un caso en esta línea es el de un niño que entra en un programa de enseñanza de una segunda lengua a los 4 años; así, es probable que domine el idioma más rápido que un niño mayor (por ejemplo, de 10 años) que empiece el programa.
Está demostrado que los alumnos de inmersión bilingüe tienen al principio algunos de los siguientes problemas: no son capaces de comprender fácilmente los temas académicos, ya que se les enseña en una segunda lengua, y también tienen problemas de adaptación social. Algunos alumnos pueden tener problemas de competencia lingüística, sobre todo si no han crecido en un entorno bilingüe. Sin embargo, estas dificultades suelen ser pasajeras y, con la ayuda de los demás, la mayoría de ellos pueden superarlas y acabar siendo bilingües.