Instrucción bibliográfica
La instrucción bibliográfica se refiere al proceso de impartir habilidades de alfabetización informacional a los usuarios, que les permitan localizar, evaluar y utilizar eficientemente la información. Desempeña un papel fundamental en el proceso por el que las personas aprenden a manejarse entre la gran variedad de recursos presentes en las bibliotecas y en línea, así como en el desarrollo de las capacidades de investigación y pensamiento crítico.
El principal objetivo de la formación bibliográfica es proporcionar a los usuarios de la biblioteca las habilidades necesarias para encontrar y utilizar los recursos de manera eficiente. Esto es posible mediante la formación en estrategias de investigación, cómo utilizar los catálogos y bases de datos de la biblioteca y el desarrollo de habilidades de evaluación crítica para valorar las fuentes. A modo de ejemplo, una sesión de formación bibliográfica podría mostrar a los estudiantes cómo diferenciar entre artículos revisados por pares y medios populares, con lo que podría mejorar la calidad de su investigación.
Algunos de los grupos que se benefician de la formación bibliográfica son los estudiantes, el profesorado y el público en general. En el caso de los estudiantes, les ayuda a mejorar su rendimiento académico al entrenar sus capacidades de búsqueda. El profesorado puede utilizar la instrucción bibliográfica en sus cursos para mejorar el aprendizaje de los estudiantes, mientras que el público en general obtiene conocimientos básicos en habilidades de aprendizaje permanente como la localización de información sanitaria o jurídica.
Los talleres, las consultas individuales y los tutoriales en línea son algunos ejemplos de los diversos métodos utilizados en el aprendizaje bibliográfico. Los talleres pueden comenzar con temas como la gestión de citas o la enumeración de bases de datos, pero las consultas individuales facilitan el camino hacia la asistencia directa en la gestión de determinados trabajos de investigación. Los tutoriales en línea ofrecen opciones de aprendizaje flexibles. Permiten a los usuarios estudiar a su propio ritmo. Por ejemplo, una biblioteca puede ofrecer una serie de tutoriales en vídeo sobre cómo utilizar determinadas bases de datos.
La utilización de encuestas, cuestionarios y la observación del comportamiento de los usuarios son métodos para evaluar la eficacia de la formación bibliográfica. Las bibliotecas pueden recoger encuestas antes y después de la instrucción para expresar los sentimientos de sus usuarios sobre su confianza y niveles de habilidad. Además, el uso de los resultados de la investigación también es una forma de mostrar la eficacia de la instrucción, por ejemplo, las fuentes bibliográficas en los trabajos de los estudiantes. Una representación clara de esto sería; las escalas de competencia observacional se elevaron prácticamente todas las revistas académicas que se citaban en los trabajos de los estudiantes después de la formación bibliográfica, lo que sugiere su impacto positivo.