Sistemas de derivación conductual
Los sistemas de derivación son los que tienen una estructura clara para encontrar, evaluar y derivar a las personas que muestran comportamientos problemáticos a los centros de apoyo adecuados. Estos sistemas desempeñan un papel importante en las escuelas y organizaciones para intervenir a tiempo, promover la salud mental y crear un entorno de apoyo para todos los implicados.
Un sistema de derivación de conductas suele consistir en un conjunto diferenciado de normas que permiten identificar los actos preocupantes, una forma uniforme de concentrar o derivar las emociones y un círculo de servicios de apoyo. A modo de ejemplo, en un colegio los profesores tendrían la oportunidad de advertir ciertos comportamientos que documentarían en un formulario y luego enviarían esta información a un orientador específico o a un profesional psiquiátrico que investigaría el asunto y ofrecería la ayuda necesaria.
Al dar una metodología sistemática a la solución de los problemas de conducta, un Sistema de Derivación Conductual garantiza que los alumnos reciban a tiempo las intervenciones específicas y necesarias. Por ejemplo, si un alumno muestra síntomas de ansiedad, se le puede derivar a un servicio de orientación que podría ayudar a mejorar su rendimiento académico y su bienestar.
El éxito de un sistema de derivación de conductas depende en gran medida de la formación y concienciación del personal. Deben ser capaces de identificar los comportamientos problemáticos y conocer bien el proceso de derivación, por lo que los profesores y el personal del centro deben estar hipercualificados. Por ejemplo, los talleres de formación pueden orientarse a la detección de los problemas de los alumnos por parte del personal, haciendo hincapié en el bienestar de los alumnos por parte de los profesores para que puedan remitir a los alumnos a los recursos adecuados con confianza.
En una oficina, un sistema de derivación conductual puede consistir en que los profesionales de RRHH se encarguen de supervisar el comportamiento de los empleados y de derivarlos a los servicios de salud mental cuando lo consideren necesario. Por ejemplo, si un empleado nota un descenso de su productividad junto con más días libres, un directivo podría remitirlo a un Programa de Asistencia al Empleado (EAP) para que reciba asesoramiento y así tratar los problemas personales antes de que se desarrollen.