Recuperación de competencias básicas
La redundancia de las capacidades básicas es la acción de descubrir y hacer frente al serrato en las capacidades básicas, como la lectura, la escritura y las matemáticas, que son importantes para el éxito académico. Este tipo de recuperación es esencial para que los alumnos alcancen el nivel de competencia que necesitan para poder manejar adecuadamente los contenidos avanzados y completar su curso.
Los principales medios para abordar las deficiencias en competencias básicas son principalmente la tutoría individualizada, la enseñanza en grupos reducidos y las intervenciones basadas en la tecnología. Por ejemplo, un alumno con dificultades en matemáticas puede tener que trabajar individualmente con un tutor, que utiliza manipulativos y ayudas visuales para explicarle mejor las cosas; por otro lado, otro alumno puede utilizar un software interactivo que se adapta a su ritmo de aprendizaje.
Los distintos métodos que los educadores pueden utilizar para evaluar la necesidad de recuperación de las competencias básicas son las pruebas estandarizadas, las evaluaciones formativas y las observaciones en el aula. Por ejemplo, el caso de un alumno que no haya sido capaz de alcanzar el nivel al que se espera que rinda en las evaluaciones de lectura sería un claro indicador de que necesita ayuda para aumentar sus capacidades de lectura y escritura.
La motivación es un factor importante en el proceso de recuperación de las destrezas fundamentales, ya que los alumnos más implicados son los que toman parte más activa y sacan más provecho de las instrucciones. El uso de técnicas como el establecimiento de objetivos, la retroalimentación positiva y la aplicación de los intereses de los alumnos en las clases pueden tener un gran impacto en la motivación, por ejemplo, mediante el uso de aplicaciones matemáticas del mundo real, que pueden hacer que los alumnos comprendan la relevancia de sus estudios.
Los obstáculos típicos de los programas de mejora de las competencias básicas son la diferente preparación de los alumnos, la insuficiencia de recursos y las necesidades diarias de desarrollo profesional de los educadores. Un buen ejemplo es una clase que tiene alumnos con diferentes niveles de dificultad, lo que obliga al profesor a idear un plan adecuado que se dirija a las necesidades específicas de aprendizaje de los alumnos sin el apoyo o la formación necesarios sobre metodologías de enseñanza diferenciada.