Capacidad de argumentación
Las habilidades argumentativas se refieren a la destreza para enmarcar, demostrar y juzgar argumentos con precisión. Son la parte principal del pensamiento crítico, la persuasión y el diálogo formal tanto en el trabajo como en la vida personal.
La argumentación es eficaz con la inclusión de diferentes partes principales: la afirmación general que no es ambigua, las pruebas que la respaldan, la lógica que pertenece y refuerza la conexión entre las pistas y la afirmación general, y la deliberación sobre los contraargumentos. Por ejemplo, durante un debate sobre el cambio climático, uno puede afirmar que es crucial actuar de inmediato, citando estadísticas de diversos estudios científicos, y posteriormente reconocer posibles contraargumentos relativos al rendimiento del sector económico.
Las destrezas de argumentación se perfeccionan mediante la práctica y la retroalimentación. Entablar discusiones, participar en debates y estudiar las falacias lógicas puede mejorar considerablemente tu capacidad para establecer argumentos convincentes. Un buen ejemplo podría ser apuntarse a un club de debate, que es una forma de practicar y pulir estas habilidades a menudo.
De hecho, el enfoque emocional o pathos es una herramienta clave en la argumentación porque tiene la capacidad de crear un vínculo personal con la audiencia, de modo que los argumentos se vuelven más relacionables y persuasivos. Por ejemplo, un orador que trate el tema de los sin techo podría presentar su historia personal para evocar empatía e inspirar la acción de la audiencia.
La detección de falacias en los argumentos se basa en el uso de la escucha crítica y el análisis detallado para encontrar las incoherencias lógicas o los razonamientos engañosos. Las falacias típicas incluyen el uso de ataques ad hominem y argumentos de hombre de paja. A modo de ejemplo, digamos que en lugar de responder directamente a las críticas sobre una política concreta, un participante en el debate vilipendia personalmente a la otra parte; eso es una falacia ad hominem.