Teoría del aprendizaje de adultos
La andragogía, que es como se conoce mayoritariamente la Teoría del Aprendizaje de Adultos, es la aceptación sistemática y respectiva de protocolos y prácticas de aprendizaje de adultos. Parte del concepto de que los adultos aprenden de forma diferente a los niños, y acepta como cuestiones centrales la autodirección y el uso del conocimiento y la resolución práctica de problemas y el aprovechamiento de experiencias vitales previas.
Algunas de las principales características de la Teoría del Aprendizaje de Adultos son la autonomía, en la que los adultos son los que están a cargo de su aprendizaje; la relevancia práctica, ya que los adultos prefieren temas de formación directamente aplicables a sus vidas personales o profesionales; el aprendizaje experimental, que hace hincapié en las propias experiencias de una persona como un factor muy importante del aprendizaje; y la disposición para aprender, en la que los estudiantes adultos encuentran la motivación para aprender cuando necesitan enfrentarse a cuestiones prácticas. Por ejemplo, una persona que ya trabaja puede apuntarse a un curso de gestión de proyectos para perfeccionar las funciones necesarias para un nuevo trabajo.
El factor distintivo fundamental entre la Teoría del Aprendizaje de Adultos y las teorías de aprendizaje tradicionales es el papel del alumno. Las teorías tradicionales suelen considerar a los alumnos como receptores de información, mientras que la Teoría del Aprendizaje de Adultos presta atención a los adultos como participantes que aportan sus propias experiencias y conocimientos al entorno de aprendizaje. El propio cambio introduce el aspecto del aprendizaje colaborativo y el pensamiento crítico en la situación de la enseñanza de adultos, en la que los diálogos en grupo y la evaluación entre iguales son las prácticas predominantes.
La Teoría del Aprendizaje de Adultos está muy influida por las experiencias vitales, que actúan como fuente principal de los nuevos conocimientos. Los adultos suelen asociar sus nuevos conceptos con experiencias personales, lo que a su vez les ayuda a comprender y memorizar mejor el contenido. Por ejemplo, durante una formación sobre gestión de conflictos, las personas pueden describir sus situaciones, lo que les permite recordar y adquirir conocimientos mutuamente en un entorno práctico y relacionable.
La aplicación de la Teoría del Aprendizaje de Adultos en la educación puede verse facilitada por los esfuerzos de los profesores que crean entornos basados en los alumnos que promueven el aprendizaje autodirigido y la cooperación. Una de las estrategias para ello es el aprendizaje basado en problemas, en el que se debaten problemas del mundo real, y opciones de aprendizaje flexibles que impliquen que los adultos elijan sus propias vías de aprendizaje. Por ejemplo, una combinación de recursos en línea con el uso de talleres presenciales puede cubrir diferentes preferencias de aprendizaje y horarios.