Teoría de la adaptación
La Teoría de la Adaptación es un término que describe la idea de que los seres vivos tienen que modificar a mejor las condiciones ambientales para aumentar su esperanza de vida y su reproducción. En sí misma, es un componente clave para dar sentido a las operaciones de selección natural y a los cambios de desarrollo (o adaptativos) que se producen en las distintas especies.
Los principales componentes de la Teoría de la Adaptación son la variación genética, las presiones ambientales y la supervivencia y reproducción diferenciales. Que los individuos de una población tengan características diferentes es la variación genética que lo hace posible. Los factores ambientales, como el clima, la disponibilidad de alimentos y la depredación, que conducen a la selección de individuos con los mejores rasgos, pueden considerarse las presiones del medio ambiente. A lo largo de las generaciones, el resultado son las adaptaciones que aumentan la aptitud de una especie.
La Teoría de la Adaptación es pertinente para la evolución humana, ya que evoca cómo nuestros primeros antepasados evolucionaron a través de la diversidad medioambiental con la ayuda de los cambios físicos, la vida social y los dispositivos humanos. Por ejemplo, el hecho de que las poblaciones septentrionales de piel más clara sean más capaces de llevar a cabo la síntesis de vitamina D en condiciones de poca luz solar es una manifestación directa de la adaptación al entorno.
La fuerza de incluso los espacios más estrechos es el grueso pelaje que los zorros árticos desarrollaron, que los aísla del frío extremo. Durante el verano pierden este pelaje y parecen tener un abrigo más fino, necesario para acostumbrarse al clima cálido. Esta doble adaptación es una prueba del poder de la especie para existir y desarrollarse en condiciones climatológicas variables.
La selección natural es principal en la Teoría de la Adaptación porque sirve para que prevalezcan los rasgos beneficiosos en una población. Los rasgos que facilitan la supervivencia y la reproducción de la especie tienen más probabilidades de ser transferidos a los descendientes, lo que conduce a la lenta evolución de la especie. Una ilustración típica de ello son las configuraciones de los picos de los diferenciados y los pinzones del ecosistema en relación con su disponibilidad de alimento en las islas Galápagos, lo que da lugar a la selección natural de las especies.